Con el verano a la vuelta de la esquina y mil planes en la agenda para disfrutarlo al máximo, llega el relax y, a veces, eso conlleva que muchas veces solemos olvidarnos de cuidar de forma adecuada nuestra salud bucodental. Pero aun con actividades de día y de noche, lo que no podemos olvidarnos es de cuidar nuestros dientes.
Ten en cuenta que el consumo de alimentos cítricos, helados, gaseosas o granizados, que generalmente consumimos con mayor frecuencia durante el verano, elevan el ácido en nuestra boca y esto afecta de forma considerable nuestros dientes y encías.
Una mala alimentación en verano, sumados a una deficiente higiene bucal nos pueden llevar a sufrir daños como halitosis, dientes sensibles, caries, gingivitis y acumulación de sarro dental. Sarro que también afecta a nuestras encías causando enfermedades como la gingivitis, que provoca inflamación y sangrado.
Consejos para evitar complicaciones
Así que si quieres disfrutar de unas vacaciones plenas, que no te obliguen a interrumpir tu tiempo de ocio, ten en cuenta:
- Lleva siempre contigo un kit de limpieza dental. Esto es: cepillo de dientes, pasta dentífrica, y, a poder ser ,también un colutorio e hilo dental.
- Bebe abundante agua. Mantenerte hidratado puede ayudarte a prevenir la caries dental, mientras protege tus encías y mantiene el equilibrio del pH de tu boca.
- Los chicles sin azúcar ayudan a segregar más saliva y a retirar restos de comida, por lo que también contribuyen a neutralizar el pH. Eso sí, no deben ser un sustituto del cepillado. Comer manzanas (a mordiscos) y uvas entre horas favorece también nuestra salud dental.
- El contacto con el cloro de las piscinas favorece la acumulación de sarro, puede provocar la aparición de manchas en los dientes y daña nuestras encías, por lo que es conveniente lavar la boca minuciosamente después de un día de piscina.